El proyecto de esta pequeña casa de vacaciones de 40m2 está pensado para las arenas blancas de las playas de la Península de Coromandel (Nueva Zelanda), pero debido al cambiante paisaje costero, la moderna cabaña tenía que ser móvil, es por eso que se asienta sobre unas vigas de madera para que pueda ser remolcada por las dunas como un trineo.
Además de esta singular característica, la cabaña Whangapoua se puede dejar completamente cerrada cuando no está en uso, ofreciendo una imagen que se funde en el paisaje gracias a su revestimiento de madera, como si se tratara de un cobertizo para surfistas o torre de observación de playa. La casa se distribuye en dos plantas, con un ingenioso aprovechamiento del espacio, y capacidad para cinco ocupantes. La fachada principal tiene dos planos plegables (mediante manivela) que dejan al descubierto una estructura acristalada con perfiles de acero. Esta segunda fachada tiene la puerta de acceso, pero sus dos grandes hojas también se pueden abrir para que el espacio a doble altura del salón quede completamente abierto hacia el paisaje. Los planos plegados de madera funcionan en esta posición como un toldo que protege del sol el interior de la cabaña.
La cocina forma parte de la sala (con estufa de leña), mientras que el dormitorio principal se sitúa en un altillo, al que se accede por una escalera de pared a través de una trampilla que se puede cerrar. Justo encima hay una terraza, a la que se sube por otra escalerilla. El cuarto de los niños está al fondo, dentro del volumen cúbico trasero, y está aprovechado con tres camas en litera. El cuarto de baño se sitúa entre esta habitación y el salón (ver planos).
La cabaña tiene un sistema de tratamiento de residuos, dos depósitos para el almacenamiento y reciclado de las aguas grises, y capacidad para recoger el agua de lluvia que recoge la azotea.
Esta moderna cabaña es un diseño de los arquitectos Crosson Clark Carnachan. Fotos de Jackie Meiring.
|