Un equipo de científicos e ingenieros del Instituto Italiano de Tecnología en Génova, han desarrollado un proceso para cubrir cualquier tipo de fibra de celulosa, como papel o tela, mediante una capa de reactivo un tanto especial. Se trata concretamente de una combinación de moléculas de fibra con una solución de nanopartículas, la cual crea una matriz de polímero.
Esto hace posible que utilizando un pulverizador de nanopartículas sea posible convertir un papel normal en una especie de “súper-papel”, haciéndole resistente al agua, a las bacterias, añadiéndole incluso propiedades magnéticas.
¿El secreto? Las fibras de celulosa se humedecen con una solución acrílica que contiene nanopartículas de ferrita de manganeso, que son magnéticas. Cuando se mojan, la mezcla forma una nano-capa alrededor de cada fibra individual, lo que hace que la fibra repela el agua. Los científicos pueden modificar la composición de las nanopartículas para personalizarles su sensibilidad magnética, o añadir otros atributos, como quizás fluorescencia. Agregando un poco de plata coloidal podría incluso presentar propiedades antibacterianas.
Aparte de la pequeña nano-capa agregada alrededor de cada una de las fibras, las propiedades del papel no cambian, lo que significa que se puede utilizar para usos comunes como impresión, escritura, pliegue, etcétera. Dada su durabilidad y polivalencia, el papel podría tener una amplia gama de aplicaciones, como el envasado de alimentación, documentos médicos, billetes bancarios, y un largo etcétera.
Más información: Journal of Materials Chemistry
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